jueves, 29 de agosto de 2013

PELO COLOR MIEL




Como habíamos acordado ayer,  me junté con el poeta colombiano con quien pensamos realizar una crónica sobre esta  ciudad.  Me acerqué  a la mesa donde  permanecía sentado con la vista en su pc.   Lo reconocí al entrar,   tenía el pelo color miel, ojos claros, mediana estatura y sonriente,  agradable y podría decir hermoso.  Vicente.   Hizo ademán que me sentara y comenzamos nuestra charla sobre fotografías que había tomado.   Mi amiga llegaría más tarde, pero yo levantaba mis  ojos, de vez en cuando, para observar  a las personas que llegaban al café. Tomó mi mano, y casi le increpé que mi amiga no había llegado todavía, y que se calmara, bien me respondió, pero  cómo se llama tu amiga, bueno le dije a quién citaste a mí o a mi amiga,  me dice, entonces, no conozco a tu amiga y no tenía idea que vendrías con ella.  Le hablé de mi amiga, le conté qué estudiaba Literatura, que era bella y solía acompañarme a todas partes.  Entonces, me dice que él desea hacer un buen trabajo sobre la ciudad, crónica y fotografías y todo lo que se pudiera realizar, entonces, veo que se asoma mi amiga, y le hago señas, se acerca sonriendo a la mesa y se sienta en silencio, Vicente la saluda amablemente,  avanzando el tiempo le pide su correo.  Nosotros seguimos conversando acerca de nuestro proyecto.   Repentinamente suena el celular, era Carlos, el esposo de Ester.   Con un mutis de molestia, se despide de nosotros. Y los dos seguimos nuestra conversación.   A poco andar se me antoja ir al baño, y cuando vuelvo mi compañero se había marchado.