lunes, 25 de octubre de 2010

Sombra

Corro apresurada tras esa sombra que me va a escuchar, increparé su abuso. Aún chorreaba el corte entre mis piernas, niña aún, ese olor a la tierra en mi cuerpo aplastado, y todas la estrellas se clavaban en mi cara, y la respiración nublaba mis ojos. Debo romper los sueños, los que me ayudan a olvidar, y esa sombra adherida a las rocas que no alcanzo,  me mira, sí ahora voltea hacia mí, ¡oh, ese es  mi rostro de niña en el rostro de su sombra¡



Tiempos

Me quedé absorta contemplándolo, no seguí partiendo leña.   Me solté el pelo, allí se quedó de pie, me miraba como si hubiera huido de un sueño, me llamó y yo dejé caer  el brazo, el filo del hacha quedó enterrado en la leña.   Sola tantos años, criando, lavando, cocinando.   Pudo acordarse al fin de mí.   En fin, nunca dejé de poner los crisantemos en los tarros de su nicho.